En los últimos meses las palabras inflación e IPC “se han puesto de moda” y no paramos de escuchar en los medios la subida que están experimentando estos índices sin embargo ¿Sabías que no son lo mismo y que muchas veces incluso en la televisión utilizan de forma incorrecta estos términos?
Déjame que abra un paréntesis antes de continuar con el artículo. (¡Cómo se nota que nos falta educación financiera!)
En nuestro día a día oímos la palabra inflación o IPC para referirnos “a lo mismo” pero a pesar de ser dos conceptos que están muy relacionados el uno con el otro ya que los dos son indicadores de precios, en realidad son dos cosas distintas.
El IPC, Índice de Precios de Consumo, es un indicador que sirve para medir la evolución de los precios de un determinado número de productos que consumimos de forma habitual en los hogares, la famosa cesta de la compra.
El IPC toma como referencia casi 500 artículos que normalmente se utilizan en los hogares y que se engloban en 12 categorías entre las que encontramos, comida, tabaco, vivienda, ropa, medicina, transporte, ocio y cultura, etc…
Su objetivo es conocer qué impacto tiene la subida de esos precios en el coste de vida.
En cambio, la inflación es el aumento generalizado (en esta palabra está la clave) y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un periodo de tiempo sostenido, normalmente un año.
Por tanto, la diferencia principal entre uno y otro es la cantidad de productos que toman como referencia siendo en el caso de la inflación un número mucho mayor que el IPC, por ese motivo podemos decir que la inflación es un dato macroeconómico.
Ahora bien, qué sucede, que calcular los precios “de todo” es muy complicado, por ese motivo muchas veces se utiliza el IPC como medición de la inflación.
Sin embargo esto no acaba aquí. Otra cosa que quería explicarte y que considero importante que tengas en cuenta es que el IPC no es lo mismo que el coste de la vida, porque en el coste de la vida debería reflejar la mejora de la calidad de vida por la aparición de nuevos tratamientos médicos o por cambios en la calidad de los bienes públicos, como el aire que respiramos.
El coste de vida, a lo largo del tiempo evolucionan por tres motivos fundamentales: cantidad, calidad y precio
Como ves son varios los conceptos y la distinta información que nos proporciona cada uno de ellos, lo importante es conocer la diferencia de cada uno para que cuando te hablen de ellos sepas a qué se está refiriendo cada cosa.